Hola de nuevo...era entonces sábado 23 de julio. Desayunamos temprano y salimos para la zona de La Caoba, de nuevo con unos cuantos chicos/as del albergue más por supuesto los 5 de la familia que nos iba a acoger. Tras casi una hora de trayecto (no más de 30 km, de nuevo imaginen las características del terreno), llegamos a casa primero de los abuelos de la familia y luego de los padres de los 4 hermanos (el fotógrafo Vinicio, el pequeño Juan David, Jimena y Erick). Uno de los medios de transporte habituales en esta propiedad era un precioso caballo. Desd el primer momento a Javier le apeteció montarlo, así que dio un paseíllo entre las casas de la familia. Desde la casa de la prima Melisa, Jose permaneció en conversación con la familia y Javier se fue a dar con los chicos y chicas que habían salido a recoger mandarinas, a unos cuantos kilómetros de allí. Fue caminando y casi se pierde, pero los encontró y regresaron todos cargados de esta fruta, a través de pequeños riachuelos y de un paisaje muy bello. A continuación, tomamos todos -o casi todos, no los 4 hermanos- la comida del mediodía en casa de Melisa (la siempre presente Flor Marina, Ingrid, Jefferson, la directora del albergue -Lucía-, Jose, Javier, la hermana de Melisa, su madre y Melisa misma). La comida estuvo muy bien: arroz, plátano verde asado, verdura, pasta, presa -pollo- y un zumo exquisito de arazá, una fruta loca...todo típico de Manabí, una comida plena y 100% manabita...y luego estuvimos, algunos descansando, otros jugando con los niños...casi una hora de juegos sin parar, pero ¡qué bien lo pasamos!. Nos hicimos fotos con la familia de Melisa y ya por la tarde fuimos de visita a casa de unas chicas que hasta el curso anterior habían estado en el albergue y fuimos de nuevo muy bien acogidos por la familia, por 3 periquitos preciosos y atrevidos y por varios cachorros de perro...nos agasajaron esta vez con chirimoyas y peras chinas (de todos estos momentos conservamos fotos). Finalmente, regresamos esta vez a casa de los 4 hermanos, donde nos dieron de cenar -comimos los maduros fritos más exquisitos de toda nuestra estancia en Ecuador- abundantemente (tanto que Flor Marina se sintió mal, de tanto comer).
La acogida de los ecuatorianos de esta zona a sus amigos y los amigos de sus amigos y conocidos fue siempre, durante todo el tiempo que allí estuvimos, realmente exquisita y extremadamente sincera y cálida.
Las condiciones de vida, el hábitat de esta familia de La Caoba, es representativa de toda la zona rural de Manabí: las paredes de caña de junco y el techo, o bien de uralita o materiales parecidos, o bien de palma...pero...¡qué resistentes son estas construcciones, qué bien adaptadas al entorno y al clima del lugar!. De modo que las casas de ladrillo no resultan tan atractivas y muchas veces están peor adaptadas al clima que las casas tradicionales. No hay que olvidar que en Manabí rara vez hace frío, que el clima es húmedo y caluroso, que suele llover -mucho, sobre todo en invierno, aunque en el verano de nuestra visita también llovió bastante y casi no salió el sol, algo desde luego muy poco habitual-.
Ya de noche, regresamos a la Bramadora...aquí os mostramos unas cuantas fotos de esta excursión del sábado:
El domingo lo dedicamos a hacer nuestra última aportación al blog, hasta que lo hemos retomado en agosto y a descansar en el albergue, charlando mucho con la directora del albergue y con la del colegio, leyendo, preparando las clases de la última semana -que ya iba a comenzar-, preparando los detalles de nuestra única visita realmente turística en todo el viaje, la que íbamos a realizar nosotros dos con la directora del colegio (Mariate) y también con la directora del albergue (Lucía, que al final no pudo venir con nosotros) a la ciudad serrana de Cuenca, a 8 horas de trayecto en bus desde Quito...finalmente decidimos volar desde Quito el sábado siguiente por la mañana. Ya os contaremos todo al respecto. En fin, que fue un día para reponer fuerzas, lavar la ropa -que en la pila de lavar lleva bastante tiempo- y ya por la tarde atender a los chicos/as del albergue, que ya regresaban de sus casas.
En la próxima entrega...todo lo relacionado con la última semana en La Bramadora -lunes 25 al viernes 29 de julio-, incluyendo las despedidas...
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