domingo, 17 de julio de 2011

EXPERIENCIA SUR LA BRAMADORA ECUADOR (III)

Al levantarnos el domingo por la mañana, más tarde de lo habitual, partimos de nuevo para la playa, pero esta vez no para un baño, pues el tiempo -demasiado nublado- no lo permitía. En lugar de eso, nos subimos a un barquito para explorar la playa y el puerto de la bahía de Manta…fue un paseo agradable, en el que nos mojamos completamente y nos contaron un poco de la historia del lugar...


Tras hacer unas compras y dar un paseo, tomamos unas fotos del colegio “José de Anchieta”, que tiene más de 1000 alumnos, comparados con los 280 del colegio de La Bramadora:



...y tomamos el bus “ejecutivo” –véase “más rápido”, “más cómodo”- de las 14 horas para volver a El Carmen y La Bramadora…pero el trayecto, que en teoría nos dejaría en El Carmen a las 18 horas, duró 5 horas y media, tanto como el bus normal que nos llevó a Manta el día anterior. Perdimos la última "ranchera" para La Bramadora, que salía a las 18:30, así que tuvimos que tomar un taxi...que nos condujo a velocidad endiablada, de noche, por una carretera llena de curvas, frenando muy poco. LLegamos como a las 20:30 al albergue, sólo para cenar y charlar con la rectora del colegio sobre todo lo vivido. Agradecemos enormemente a Lucía la oportunidad de acompañarla en esta excursión a la costa.

Al día siguiente, lunes 11, no nos tuvimos que levantar temprano tampoco, pues no había colegio, como ya hemos dicho. Tenían juntas de evaluación de los cursos de secundaria y bachillerato (8º, 9º, 10º, 1º BACH, 2º BACH Y 3º BACH). Así que lavamos ropa en la "piedra", compramos algunas cosas en el pueblo, escribimos en el blog, llamamos a casa, reflexionamos sobre lo que podíamos hacer en el albergue y en el colegio a partir de ese momento y descansamos un rato hasta que comenzaron a llegar los chicos del albergue (normalmente lo hacen el domingo por la tarde). También tomamos algunas fotos del albergue, que aquí os presentamos:



(cartel señalizando la entrada al albergue)


(el patio con casi todas las instalaciones)

(la sala de estudios y la capilla)

(parte de uno de los dormitorios de los chico/as: hay 3 dormitorios de chicos y 1 de chicas, para los 37 inquilinos del albergue)

(nuestro hogar, el del conserje José -mantenimiento, etc- el de la rectora del colegio Mariate y el nuestro)


(la entrada al albergue)


(el depósito de agua y el camino de acceso)



(la sala de estudios)


(la piedra o pila de lavar la ropa)

(el "chanchero", o lugar de los chanchos, o cerdos)


(algunas de las muchas gallinas del albergue)



(y pollos)



(y huevos)

Por la tarde, realizamos tareas de apoyo para los alumnos de la escuela -que sí que estaban aquí ya, porque el día libre sólo era para secundaria-...se nos pidió apoyo en inglés y matemáticas, sobre todo, aunque ayudamos un poco en todo lo que podemos, curiosamente menos en matemáticas, salvo a los pequeños, pues las matemáticas de secundaria nos quedan a ambos muy lejanas en el tiempo, salvo algunas cuestiones puntuales. Ya la merienda -como llaman aquí a la cena- la hicimos con todos los chicos, que ya habían llegado, tras un día extra de vacaciones.

Tras este relajado lunes, comenzó el martes ya a perfilarse nuestra labor aquí. Nos levantamos a las 6, como de costumbre (aunque aquí los gallos cantan a todas horas, a las 3, a las 4, a las 5 de la mañana y también durante el día, cada 5 minutos..., así que a veces te despiertas sin quererlo) y, tras un desayuno estupendo que, como casi todos los días, debemos agradecer a Mariate, caminamos los 10-15 minutos que lleva el trayecto hasta el colegio. Allí se nos planteó la posibilidad de dar ideas para el arreglo de la secretaría, que no estaba muy bien organizada ni tampoco distribuida ni organizada. Fue nuestra primera labor no docente desde que llegamos. Ofrecía un aspecto como éste (bien es verdad que en esta foto todo está preparándose ya para el "cambio"):



y después del cambio, con los archivadores que trajimos de Quito:




Una vez más o menos transformada la secretaría, tras el receso o recreo, en la que procuramos interactuar con los alumnos del centro, sobre todo Jose, jeje!:


...dimos 4 "horas" de 40 minutos de clase de inglés, de conversación, en 2º y 3º de BACH, en lo que acabaría por convertirse al final de la semana en un "Speaking Workshop" en toda regla que va a abarcar el resto de la estancia aquí. Hemos detectado -y la profesora de inglés del colegio está de acuerdo- una deficiencia en la parte oral, pues los alumnos están acostumbrados a la gramática y a construir frases sobre diversos temas, pero nunca a conversar, a hacer diálogos. La primera -o más bien segunda- experiencia de este martes fue altamente satisfactoria.

Una vez regresados al albergue, tras el almuerzo -de 2 a 2,30- tienen lugar de 3 a 5 de la tarde las clases de apoyo para los alumnos, como antes describimos. Y a las 5 los chicos/as tienen una hora para realizar tareas domésticas -cada uno/a tiene una tarea asignada- y luego un rato para descansar, seguir estudiando, jugar al fútbol...hasta la hora de la merienda a las 7,30 de la tarde. En lo de jugar al fútbol hay que indicar que a día de hoy -domingo 17- ninguno de los dos ha jugado con los chicos/as, pero uno de nosotros se niega rotundamente a hacerlo (Javier), por miedo al ridículo más sonado (normalmente huye del balón, en lugar de buscarlo).

Como puede verse, tenemos repartido nuestro compromiso entre el albergue y el colegio, pero es conveniente reseñar que, hasta el momento, hemos dedicado más tiempo al colegio que al albergue.

Esa misma tarde del martes 12, comenzó Javier a impartir un pequeño taller de introducción al alemán, que por ahora -estamos a domingo 17- ha tenido dos sesiones de 1 hora, la primera satisfactoria, la segunda un poco desastre, pues coincidía -es de 8 a 9 de la noche- con un partido de fútbol Ecuador - Brasil, de la Copa América. Mientras tanto, Jose ha empezado un auténtico taller de papiroflexia, que deja a los niños omnubilados.

Seguimos tras el almuerzo de este precioso día soleado de domingo...
hasta ahora!

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